domingo, 10 de noviembre de 2013

Viernes 8 de noviembre de 2013: Canto mozárabe. Dominus regnavit. Salmo 92.

   En la península Ibérica, los cristianos bajo dominación musulmana, mantuvieron una liturgia que no nos ha llegado escrita. Desarrollarón un tipo de canto propio llamado canto hispánico, visigótico o mozárabe, que se mantuvo vivo durante varios siglos, hasta que desapareció en el siglo XIII. El único lugar en el que se conservó fue en la catedral de Toledo.


      Sus raíces nos llevan a los primeros tiempos de la cristianización y a su vez a la liturgia judaica.

    Todavía no ha sido posible la transcripción por su notación neumática, que no expresa la altura exacta de los sonidos, aunque se sabe que era más adornado que el canto gregoriano y que se cantaba por piezas.

    De este repertorio musical hispanovisigodo o mozárabe se conservan 45 códices, escritos fundamentalmente entre los siglos X y XI. Especial importancia tiene el famoso Antifonario de la catedral de León. Con la invención de la escritura musical, se transcribieron algunas, pocas, obras de esa liturgia que la tradición oral mantuvo vivas y que hoy llamamos mozárabes.
  " Nada sabemos de los orígenes de la música en España. Como fenómeno vivo, oral, debió tener en la antigüedad una importancia cuya valoración hoy se nos escapa totalmente. Sin embargo, el fenómeno escrito de la música aparece en España ante nosotros bajo el signo de lo religioso y cultural. Los primeros testimonios los encontramos en la liturgia visigóticomozárabe. El primer testimonio escrito de la música litúrgica en España e incluso en Europa, sería el Libellus Orationum, códice escrito, al parecer, en Tarragona, a finales del siglo VII, y conservado actualmente en Verona. Para encontrar códices musicales completos propiamente dichos tenemos que llegar al siglo X.    
      En España, como en toda Europa, a partir de este siglo comienza una labor intensa en los escritores monásticos y luego catedralicios, que no se apagará de hecho hasta fines de la Edad Media. La mayor parte de los códices litúrgicos poseen notación musical. Y prácticamente apenas se escribe otra música que la destinada al culto. Existen algunas pequeñas pero significativas excepciones, precisamente en la Península Ibérica, de música profana, como el códice de Azagra (hoy en Madrid), que contiene el «Disticon Fiomelaicum, o canto del ruiseñor», y el de Roda, con el canto epitalámico a la reina doña Leodegundia, esposa del rey de Navarra.
      Sin embargo, el valor de la música dentro del culto no era el mismo que el que se da en la actualidad. Porque también la teología de la liturgia era diferente. No existía el concepto de «participación» tal como lo entendemos actualmente. En la época de los códices con notación musical, el canto era patrimonio de un coro y de unos solistas, no de una masa. Ya en Roma, en el momento en que el Papa San Gregorio Magno organiza la liturgia, aparecen las «scholae» o corales en las diversas basílicas romanas y se habla de ciertos cantores que debieron tener un prestigio realmente grande en la Iglesia, como Juan el archicantor, que fue luego enviado a Inglaterra para reformar allí el canto litúrgico. San Isidoro de Sevilla habla del coro, cuando habla de liturgia y de música, tiene siempre en la mente una comunidad monástica o de clérigos en una iglesia importante. Y esto nos lo confirma la misma música conservada en los códices que no podía ser interpretada por una masa. Por consiguiente, la participación activa del pueblo en la liturgia durante esta época, si existió según el concepto actual, no está consignada en nuestros códices. Parece, por el contrario, que esta participación popular quedaba reducida a las aclamaciones. Las aclamaciones eran respuestas, a modo de vítores, con que se asentía a las oraciones de los sacerdotes o al canto de los solistas. Por su índole eminentemente popular, y por tratarse de tonos o melodías de gran simplicidad, no llegaron a escribirse nunca.  Como conclusión, podemos decir que lo popular y masivo apenas queda como vestigio en la música medieval y del renacimiento, compuesta para el culto."(Extracto de la ponencia publicada en "Cuadernos de actualidad artística 12. La música en la Iglesia, hoy: su problemática". Manuel Angulo, pp. 86-117.)

      Antes de escuchar este canto mozárabe, os proponemos disfrutar de estos cantos procedentes de diferentes culturas y épocas, para observar cómo han ido influyendo en este canto. Comenzaremos por orden de aparición (pinchar en los diferentes enlaces):

1.- Sutra del corazón recitado por los monjes tibetanos.   Escuchar con ojos cerrados y observar lo que nos ocurre.

2.- La música en el Antiguo Egipto  Escuchar y observar la música, voces e instrumentos de esta época.

3.- La música de la Antigua Grecia  Escuchar, leer y observar posibles influencias.

4.- Cantos de salmos hebreos Escuchar, leer, disfrutar y observar a posibles influencias.

5.- Jerusalen la ciudad de las dos paces. Concierto de Jordi Savall Concierto realizado en el Festival de Fez de Músicas Sagradas del Mundo (Marruecos), el 9 de junio de 2010. En este vídeo podréis disfrutar de diferentes músicas del mundo antiguo y observar posibles influencias con el canto mozárabe.

 Más sobre el Canto mozárabe o hispánico

Texto del Salmo 92   Traducido.                

 Vídeo del Canto mozárabe "Dominus Regnavit" cantado  Esta es la canción que trabajamos. Escuchar el gran melisma de la letra "u" en la palabra "Aleluya" ¿A dónde os transporta este gran vuelo de 18 notas? Pinchar en en enlace y disfrutar de esta tranquilidad.

LETRA DEL SALMO 92 en latín.
Dominus regnavit, decorem induit. Alleluia.

V/. Induit Dominus fortitudinem, et præcinxit se. Alleluia.

V/. Gloria et honor Patri et Filio et Spiritui Sancto in sæcula sæculorum. Amen.
R/. Dominus regnavit, decorem induit. Alleluia.


El Señor reina, vestido de majestad, aleluya.

V/. El Señor se viste y se ciñe de poder. Aleluya.

V/. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
R/. El Señor reina, vestido de majestad, aleluya.

Para escuchar más cantos mozárabes